ARRABALDE EN LA NUBE… Y EN EL CORAZÓN.
16 DE NOVIEMBRE DE 2020.-
EL TIEMPO EN ARRABALDE
Y SU ENTORNO
CONTENIDO: REFRANERO, LÉXICO, OCASIONALMENTE ALGÚN RELATO, UN MINUTO DE
POESÍA, FOTOS, EL TIEMPO Y COMUNICADOS SI LOS HAY, DE LA ASOCIACION CULTURAL
“CASTRO DE LAS LABRADAS”.
ANTIGUO REFRANERO ESPAÑOL, FRASES Y DICHOS.- Parecer
cama de podencos.
Se aplica este refrán a quien tiene
su cama deshecha de mala manera, o desbaratada, y también a las hechas de
cualquier forma que ofrecen mal aspecto, con dudosa higiene y escasa comodidad
para dormir, haciendo referencia a la naturaleza de los perros que escarban y
revuelven su cama antes de echarse.
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LÉXICO ARRABALDÉS
(No despreciemos, por viejas y desusadas, las palabras y costumbres recibidas de
nuestros antepasados, ellos las usaron y se entendieron, nosotros ahora las
recordamos).
(Cada día definimos una palabra nueva, una frase o un lugar de
Arrabalde).- Hoy recordamos la frase: PAJA
DE HABAS
Paja de habas.- Ramas y cáscaras secas de las alubias. Servía para el consumo de ovejas y cabras, generalmente en invierno, cuando escaseaba otro tipo de forrajes y alimentos para estos animales.
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Este poema-oración resulta, de
entrada, un poco estremecedor por su realismo, pero se descubre en él “la
apuesta fuerte del creyente por poner en las manos de Dios la vida toda y su
después, con sus incertidumbres y fragilidades”.
Para envejecer
bien
«Cuando los signos de la edad marquen mi cuerpo,
y más aún cuando afecten a mi mente,
cuando la enfermedad que vaya a disminuirme o a causarme la muerte me golpee
desde fuera o nazca en mi interior;
cuando llegue el doloroso momento de tomar conciencia de pronto de que
estoy enfermo o envejeciendo;
y sobre todo en ese último momento en que sienta que pierdo el control de mí
mismo y que estoy absolutamente inerte en manos de las grandes fuerzas
desconocidas que me han formado;
en todos esos oscuros momentos, oh Dios, concédeme comprender que eres
Tú -supuesto que mi fe sea lo bastante fuerte- quien está separando
dolorosamente todas y cada uno de las fibras de mi ser para penetrar hasta la
médula misma de mi esencia y llevarme contigo»
Teilhard de
Chardin sj.
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FOTOS DE AYER Y DE HOY.- El día 17, tendrá lugar en Arrabalde la celebración de un curso formativo sobre DESFIBRILACIÓN SEMIAUTOMÁTICA EXTERNA.
Se realizará en el Centro Cívico-Social de 9,30 a 14 y de 15 a 18,30 horas. Es gratuito y a los asistentes se les expedirá un diploma acreditativo.
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EL TIEMPO EN ARRABALDE EN ESTE DÍA QUE
PASÓ:
Máximas: 13º
Estado del cielo: Poco nuboso
Viento: Sopla del Sureste con
velocidad de 4 km/h.
Humedad relativa: 91%
Presión atmosférica: 1027
hPa
Sensación térmica: 6º
CANTIDAD DE AGUA QUE PUEDE CAER: 0 litros/m2.
TEMPERATURAS: Las previsiones para Arrabalde en la página de la AEMet señalan 2º de mínima y 15º de máxima.
MISAS PARA
LOS DÍAS 18, 19, 20 Y 22
Según comunica D. José María, los
próximos días: Miércoles, jueves y viernes se celebrará misa a las 5 de la
tarde por el eterno descanso de D. Antonino.
Domingo día 22: Misa a las 10 horas
que se aplicará por Francisco Guerrero Ríos (Paco Lela), y su madre.
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Narciso Santos
Yanguas, doctor
en Historia Antigua de la Universidad de Oviedo, ha publicado recientemente un
pormenorizado trabajo sobre EL CASTRO DE
LAS LABRADAS Y LA LANCIA DE LOS ASTURES EN LA CONQUISTA ROMANA.
Esta es la publicación de las segundas seis páginas de dicho trabajo:
1. Lancia en la
documentación de los autores clásicos
Si cometemos la imprudencia de tomar como referente exclusivamente los
escasos restos arqueológicos encontrados en el marco geográfico del recinto de
Las Labradas (incluidas las últimas noticias conectadas con la presencia, en
sus alrededores, de 2 campamentos de militares romanos, descubiertos por
teledetección, cuando en realidad las fuentes escritas se refieren a 3, que
corresponderían a otros tantos cuerpos de ejército diferentes) no dejaremos de
ser meros aprendices de historiador pues la documentación antigua vinculada a
la evolución de dicho emplazamiento resulta mucho más rica y compendiadora que
dichas aportaciones.
Las fuentes antiguas más explícitas con respecto a estas cuestiones son de
carácter literario, incidiendo además en el hecho de que el centro de población
indígena astur de Lancia sería conquistado por el ejército romano en el
transcurso de la primera de las fases de las guerras astur-cántabras (campaña
del año 25 a.C.)22.
1. Con respecto a las fuentes escritas de carácter literario (aunque no
referidas expresamente al emplazamiento de dicho reducto de población que
enfrentaría a los astures meridionales con los integrantes de las tropas
romanas) la más antigua en el tiempo corresponde a Plinio el Viejo, quien en su
descripción de las poblaciones septentrionales de la Península Ibérica, aunque
en ningún pasaje lleva a cabo un relato acerca de los pormenores de la
conquista del territorio correspondiente a las comunidades de los astures en el
transcurso de las guerras, realiza el siguiente excursus:
"Con estos últimos (los cántabros) limitan los 22 populi (poblaciones)
de los astures, que se hallan divididos en augustanos y transmontanos, con
Asturica (Astorga), que es una gran ciudad; entre dichos pueblos se encuentran
los gigurros, los pésicos, los lancienses y los zoelas; la población total
alcanza a 240.000 individuos libres"23.
Las tareas administrativas de su cargo permitirían al naturalista poder
controlar ante todo, por medio de los procuratores imperiales, el mecanismo de
las explotaciones auríferas del N.O. peninsular en el momento de máximo
aprovechamiento por la administración romana24, por lo que la documentación que
nos ha legado acerca de dichas actividades resulta fundamental, y casi única,
para analizar las características que encierra el sector minero del territorio
de los astures en el primer siglo del Imperio25; de sus referencias se deduce
el proceso de integración de las poblaciones astures en el marco de la
organización político-administrativa y cultural romanas 26.
Aunque ese hecho se refiere a un momento histórico posterior, hemos de
volver al pasaje en que se recogen los nombres de las poblaciones astures más
significativas y plantear algunos interrogantes: ¿se refiere a los astures como
división étnica (prerromana y/o romana), equiparada con los habitantes del
conventus Asturum?; y ¿qué sentido otorga el naturalista a los populi que
menciona? La distinción entre Asturica como ciudad (civitas) y las agrupaciones
indígenas a las que hace referencia expresa (gigurros, pésicos, zoelas y
lancienses) obedecería a la pervivencia en su tiempo de la organización
prerromana, que paulatinamente se transformaría tras las décadas posteriores a
la conquista romana y la implantación de una administración estable sobre dicho
territorio.
Finalmente podemos plantearnos una nueva cuestión: ¿por qué motivo
selecciona a dichos populi y no a otros? Tal vez porque se trataría de las
comunidades más destacadas de los astures (lancienses, zoelas y gigurros) que
tomarían parte en los acontecimientos militares de la campaña -o campañas- de
Publio Carisio en el valle del Esla-Órbigo.
Creemos que existirían otras interpretaciones para que el naturalista
únicamente haga mención expresa de estos 4 populi de los astures y no del resto
(¿dónde están los otros 18 que él enumera sin dar sus nombres?); la explicación
puede encontrarse en una doble dirección:
- desde el punto de vista de la anexión del territorio durante las campañas
del suelo correspondiente a los astures meridionales en el hecho de que, tras
la conquista del correspondiente a los lancienses (castros de Arrabalde y
Villaferrueña) y sus aliados los zoelas, tendría lugar (en realidad no sabemos
con qué intervalo de tiempo) el enfrentamiento militar con los gigurros, en el
suelo que limita las actuales provincias de León y Orense (hecho en el que se
verían implicadas igualmente las dos poblaciones mencionadas) , por lo que la
conexión entre estos tres populi resulta evidente desde la época prerromana; y
- junto a ello una explicación económica: Plinio el Viejo, por el desempeño
de sus funciones como legado imperial, conocería perfectamente ya, en los
comedios del siglo I de nuestra era, los recursos mineros (especialmente los auríferos)
que el Estado romano estaba aprovechando de manera intensiva desde la época de
Claudio en el Noroeste peninsular27 y cuyas técnicas de extracción describe
magistralmente en su Historia Natural, por lo que habría tomado conciencia del
ámbito geográfico en que se estaban desarrollando dichas actividades laborales
y, de manera especial, las poblaciones a las que correspondería la propiedad de
tales materias primas con anterioridad a la conquista de dicho territorio.
Estas poblaciones, tres entre los astures augustanos (zoelas, lancienses y
gigurros) y una entre los transmontanos (los pésicos), son las que, además de
contar con las reservas de metales preciosos en su subsuelo, en el momento de
su anexión habían manifestado una oposición mayor a los intereses imperialistas
romanos, por lo que en el imaginario de la literatura de la capital del Imperio
figurarían sin duda como las más opuestas a los invasores por su riqueza (y
quizás por ello el naturalista no lleva a cabo la enumeración del resto de las
poblaciones de los astures).
2. El segundo testimonio, de carácter más escueto, es obra de Ptolomeo:
"Al oriente de éstos se halla Asturia, y en ella las siguientes
ciudades:
Lancienses 9º 20" 43º 30......"28.
La Geografía ptolemaica, que vería la luz en torno al año 160, se
identifica con meras tablas geográfico-históricas de ubicación de los núcleos
urbanos de cada uno de los grupos de población de todo el Imperio, incluidas
las provincias hispanorromanas y el Norte peninsular (galaicos, astures, cántabros...)29;
aunque se fecha en una época romana avanzada, aporta los elementos comparativos
necesarios para comprender algunos aspectos de la organización prerromana,
sobre todo si tenemos en cuenta que los romanos aprovecharían la situación
reinante para plasmar en su marco político esa realidad étnico-cultural por
medio de la división administrativa de los diversos grupos y su integración en
circunscripciones territoriales más amplias30.
No es de extrañar, por tanto, que términos como Callaecia (callaici), Asturia
(astures) y Cantabria (cantabri) tuvieran su origen en tiempos romanos, tomando
conciencia entonces (y no antes) los habitantes del N.O. peninsular de su
pertenencia a agrupaciones sociales más extensas que las de los recintos
castreños y sus vecinos31; con esta afirmación32 no queremos decir, como parece
haber sido interpretado erróneamente por algunos investigadores33, que los
romanos no tuvieran conocimiento de la existencia de dichas comunidades
castreñas hasta los primeros años de nuestra era, sino que la administración
romana, tras la conquista de Numancia a los celtíberos, comenzaría a
"preorganizar" el territorio del Norte hispano aún sin anexionar.
A este respecto no puede recurrirse como argumento a las escuetas
referencias de Catón y César a la participación de elementos cántabros como
mercenarios en los ejércitos de conquista y ocupación romanos34, puesto que
tales noticias resultan claramente globalizadoras acerca de los
"habitantes del litoral cantábrico" (incluyendo tal vez al menos a autrigones,
caristios y várdulos); y menor fuerza adquiere todavía el hecho de que los
cántabros que vivían fuera de su territorio se identificaban (en los documentos
epigráficos, a menudo de carácter funerario) con la expresión ex gente
cantabrorum (= ¿del populus de los cántabros?), puesto que se trata de restos
fechados ya en una época avanzada del siglo I d.C. y posterior.
Por ello, aun cuando el geógrafo de Alejandría, al describir el litoral
cantábrico, lo hace con una desviación errónea hacia el sur, enumera
correctamente, con sus correspondientes distancias en grados, los siguientes
núcleos urbanos entre los pertenecientes a los astures (augustanos y
transmontanos): Lucus Asturum, Labernis, Interamnium, Argenteola, Lanciatum,
Maliaca, Gigia, Bergidum Flavium, Interamnium Flavium y Legio VII Gemina.
¿Qué supone esta referencia tan breve e imprecisa a la localización
geográfica de Lancia (si hemos de identificarla con Lanciatum) en minutos y
segundos geográficos? Muy poco, o casi nada, con respecto al suelo ocupado por
los lancienses y a la ubicación de su posible capital y centro administrativo.
3. El tercer testimonio aparece recogido en el Itinerario de Antonino
(Itinerarium provinciarum Antonini Augusti), que se identifica con una mera
descripción de las vías de comunicación, en las que se enumeran los enclaves de
paso (mansiones, stationes, mutationes) y las distancias existentes entre
ellos35. Por lo que puede afectar al tema que estamos analizando asegura lo
siguiente:
1. De Italia in Hispaniam...ad Legionem VII Geminam... DCXLVII m.p.
395. 2 Camala m.p. XXIIII
3 Lance m.p. XXVIIII
4 Ad Leg. VII Geminam m.p. VIIII
Esta obra no parece haber sido compuesta por ningún emperador de la
dinastía de los Antoninos (a pesar de su denominación), puesto que en ella se
registran abundantes datos posteriores al siglo II: tal vez su redacción
originaria tendría lugar en dicha época, siendo objeto con posterioridad de
toda una serie de interpolaciones (correcciones y addenda).
Por lo que se refiere a este pasaje en cuestión, aunque nos hallamos ante
la única fuente escrita (itineraria en este caso) que hace mención de Lancia
(si es que debe identificarse con la Lance del documento), ha suscitado
numerosos problemas de interpretación, sobre todo en lo que se refiere a la
identificación de los topónimos que en él se recogen, no siendo posible en
muchos casos delinear el recorrido de las rutas de comunicación que aparecen
mencionadas (en realidad sugeridas) al no poder localizar los centros de
población que se registran 36.
Nos encontramos así con uno de los pocos testimonios existentes acerca de
la red viaria de comunicaciones del Imperio romano, al que hemos de añadir la
Tabula Peutingeriana y el Anónimo de Rávena; el fragmento aludido plantea
abundantes problemas de interpretación: por ejemplo, ¿desde dónde hemos de
tomar el punto de referencia geográfica para comprender las distancias
indicadas?.... Aun cuando la gran mayoría de los investigadores equiparan Lance
con El Castro de Villasabariego, entroncándolo en la calzada romana que
transcurría desde Mediolanum (Milán) a Castra legionis VII, en el ámbito de una
vía de interés estratégico evidente, otros vinculan la mansio de Pallantia (en
Reliegos o Villamarco), en el trazado de las vías XXXII-XXXIV, con Lancia.
En lo que concierne a las fuentes literarias de carácter histórico
propiamente dicho, que han recogido el transcurrir de los acontecimientos de la
campaña de Publio Carisio contra los astures más meridionales , constituyen el
elenco más fiable de referencias a todo lo relacionado con tales hechos.
1. En primer lugar sobresalen las noticias de Lucio Anneo Floro, quien, a
finales del reinado de Adriano, escribe su Epitome bellorum omnium annorum DCC,
conocida como Compendio de historia romana, en la que describe las guerras
llevadas a cabo por el Estado romano37: se incluyen las campañas militares de
Augusto y sus legados en el Norte peninsular, así como las consecuencias que
tales enfrentamientos militares traerían consigo para las comunidades
septentrionales.
Se recogen algunos jalones de las guerras astur-cántabras, concretándonos
los cambios que se estaban produciendo en el arco noroccidental hispano y que
se traducirían en el asentamiento de las poblaciones en zonas llanas, mediante
un proceso de adaptación de los elementos de la vida urbana, dándose paso a un
mismo tiempo a la concentración de la población en centros próximos a los
asentamientos campamentales (lo que implicaría la participación directa del
ejército en el proceso de urbanización del N.O.)38; sin embargo, junto a las
alteraciones introducidas en el marco de la vida político-administrativa nos
documenta también acerca de los cambios a nivel económico (sector minero
predominante frente al recolector-ganadero anterior, sistema de propiedad
individual frente a la colectiva o comunitaria...), social (división en clases,
surgimiento del esclavismo...) o ideológico-religioso (sincretismo entre las
divinidades y cultos indígenas y romanos) 39.
De esta descripción se desprende que la etapa más intensa de actividad
bélica corresponde a Augusto, en concreto entre la batalla de Accio y el
desastre de las tropas romanas en Germania al mando de Quintilio Varo, lo que
contrasta con la política pacifista de su contemporáneo Adriano 40.
En cuanto al fragmento que a nosotros nos atañe es el siguiente:
"Durante esta época
los astures, formando una enorme columna, habían descendido de sus nevadas
montañas; su ataque no se lanzaría a la ligera, al menos para los bárbaros,
sino que, después de haber establecido su campamento a orillas del río Astura y
dividido sus fuerzas en tres grupos diferentes, se disponían a atacar a un
mismo tiempo los tres campamentos romanos.
La lucha contra enemigos
tan valerosos, cuya llegada había sido tan rápida y bien concertada, se habría
desarrollado de forma dudosa y sangrienta en el caso de que los brigaecinos no
les hubieran traicionado y hubieran enviado a Carisio un aviso; supuso para
nosotros una victoria el haber cumplido sus proyectos, sin poder evitar, por lo
tanto, una lucha sangrienta.
El resto del ejército,
en retirada, fue acogido en la ciudad de Lancia, muy fortificada, donde la
disposición del lugar hizo la lucha tan encarnizada que, después de la toma de
la ciudad, los soldados reclamaban antorchas para incendiarla y su general a
duras penas pudo salvarla, asegurándoles que la ciudad recibiría mejor la
victoria romana si estaba intacta que si era incendiada.
A partir de estas puntualizaciones de Floro parece deducirse que el enclave
fortificado de Lancia no se hallaría emplazado muy lejos de Brigaecium (tal vez
la actual población zamorana de Dehesa de Morales de las Cuevas), en el marco
geográfico del cauce del río Astura (Esla), por lo que en principio resulta más
lógico pensar en su ubicación en el norte de la provincia zamorana sin
necesidad de tener que desplazarse hacia la región de Villasabariego (Mansilla
de las Mulas) y obligar al ejército romano de Lusitania a retroceder a
continuación hacia el territorio en que se emplazaría posteriormente el centro
urbano de Astúrica Augusta42.
2. En segundo término disponemos de las noticias del historiador griego
Dión Casio, originario de Bitinia, hijo del gobernador de Cilicia y Dalmacia y
cónsul con Alejandro Severo en el año 229; el significado de su obra radica en
la exactitud de sus relatos y en la validez de sus fuentes de información, en
especial Tito Livio y/o las fuentes que este historiador romano utilizaría.
Con respecto a nuestros objetivos describe la situación de la siguiente
forma:
"A causa de estos
esfuerzos y preocupaciones (Augusto) se sintió enfermo y se retiró a Tarraco
con el objetivo de recuperarse allí.
Cayo Antistio continuó
la lucha contra ellos y los reprimió por completo, no porque fuese mejor
general que Augusto sino porque, teniéndole en menos los bárbaros, salieron al
mismo tiempo al encuentro de los romanos y fueron derrotados.
De esta forma (Cayo
Antistio) pudo tomar algunos de sus lugares y posteriormente Tito (sic) Carisio
conquistó Lancia, la mayor aldea de los astures, que había sido abandonada, y
sometió a otras muchas"43.
A simple vista observamos cómo Dión Casio se aleja del relato de Floro, y
por consiguiente también de la descripción de Livio al respecto, tal vez por
haber recurrido a una fuente de información distinta (o por extractar con
demasiada reducción los acontecimientos); no obstante, las referencias de este
historiador, a pesar de ser más breves, resultan más completas, puesto que en
ellas se detalla desde las escaramuzas de los años 29-28 hasta el final de los
avatares más sobresalientes de las guerras astur-cántabras, mientras que Floro
y Orosio recogen solamente algunos aspectos de las campañas del 26-25 y 25-24,
siendo mucho más breves respecto al resto 44.
Pero, ¿qué se deduce con respecto a la situación geográfica de Lancia? A
primera vista nada, puesto que parece mezclar la actividad de los dos ejércitos
(el de la Citerior Tarraconense con Cayo Antistio y el de Lusitania con Publio
-no Tito, que era su padre- Carisio) en el relato que nos ofrece acerca de la
anexión del territorio correspondiente a los astures meridionales.
3. Por último contamos con la documentación procedente de un autor tardío,
Paulo Orosio, quien en su relato se adhiere casi por completo a la descripción
de Floro, advirtiéndose entre ellos escasas variantes en cuanto a las
referencias toponímicas que tendrían que ver con las campañas militares; el
fragmento de su obra que ahora nos interesa es el siguiente:
"Con posterioridad,
cogidos de improviso, serían derrotados por Carisio, aunque con pérdidas no
pequeñas para los romanos; una parte de ellos, que logró escapar de la matanza,
se refugiaron en Lancia. Rodeada la ciudad y dispuestos los soldados a
entregarla a las llamas, el general Carisio solicitó a los suyos que
desistiesen del incendio y obligó a los bárbaros a entregarse por propia
voluntad"45.
En los 3 testimonios correspondientes a los fragmentos de Floro, Dión Casio
y Orosio se descubre un hilo conductor común, al hallarse enmarcados en las
guerras astur-cántabras y referirse todos ellos a la conquista del centro de
población astur de Lancia, a pesar de que en ninguno de dichos pasajes se
precisa el emplazamiento concreto de dicho enclave.
Sin embargo, podemos hallar divergencias en cuanto a sus fuentes de
información, dado que si Floro basa su descripción en Tito Livio, que había
reseñado estos acontecimientos en un apartado de su obra, en la actualidad
desaparecida y cuyo contenido se nos ha transmitido en unos resúmenes de la
misma (periochae), Dión Casio parece
haber utilizado una fuente distinta, en la actualidad desconocida; y, por
último, Orosio toma como punto de partida a Livio y Floro, aunque a través de
copias o resúmenes tardíos, como se desprende del manejo del esquema general de
descripción de los acontecimientos militares, aunque con ciertas alteraciones
en los nombres de lugar (algunos códices y manuscritos por ejemplo recogen Lanchia en lugar de Lancia).
IMAGENES DEL CASTRO
Por aquellas fechas (febrero 2010), con las lluvias del invierno el pozo Negruría se llenó a rebosar.
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