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domingo, 12 de julio de 2015

¿Quién manda en Arrabalde?, EL SOL, que nos tiene asfixiados. Y aún vendrán días peores.

ARRABALDE, 12-07-2015, DOMINGO


REFRANERO, LÉXICO, NOTICIAS O CURIOSIDADES, UN MINUTO DE POESÍA Y FOTOS:

ANTIGUO REFRANERO ESPAÑOL.-Ni arroyo sin piedras, ni oficio sin quiebras.

REFRANES DEL MES DE JULIO.- Un julio normal, seco todo manantial.

LÉXICO ARRABALDÉS. Una sencilla recopilación de las viejas palabras que se usaban en Arrabalde, muchas de ellas restos del antiguo dialecto leonés y otras simples localismos inventados en el pueblo, de todas las cuales algunas aún se utilizan. (Todo ello sin pretensiones didácticas, tan solo un recordatorio con el único propósito de que no se olviden).

(Cada día una palabra  o un lugar nuevos): Hoy recordamos la palabra: “AJINIJO

Ajinijo: También ajenijo. Planta silvestre de la familia de las quenopodiáceas, de tallo erguido, muy invasiva y de muy escasa o nula utilidad. No se le conoce aplicación alguna ni sirve  como alimento para los animales domésticos. En las fincas de labor bien abonadas puede llegar a alcanzar hasta un metro de altura.
Su presencia en los sembrados de cereal daña considerablemente la calidad del mismo.

EL PULSO DEL TIEMPO

Tiempo que llevamos de VERANO21 días.
Tiempo que falta para la llegada del otoño72 días.

El verano comenzó el domingo 21 de junio a la 18h 38m hora oficial peninsular. Esta estación durará 93 días y 15 horas, y terminará el 23 de septiembre con el comienzo del otoño.

Temperatura registrada a las 24,00 horas de hoy: 23,7º. Los cielos a esta hora están despejados.  El viento sopla del este con una velocidad media aproximada de 7 km/h.

Estas son las predicciones para mañana:

Ascienden un poco. Se  esperan mínimas de 16º durante la madrugada, y máximas  de 35º por la tarde. Los cielos estarán despejados durante todo el día. Se nos acercan días con nuevas subidas de temperaturas que nos harán la vida aún más difícil.
El viento tendrá muy poca actividad y alcanzará una velocidad máxima de 11 km/h aproximadamente, con tendencia a disminuir, e incluso parar por completo.

UN MINUTO DE POESÍA.- (Espacio abierto a quien desee publicar alguna de sus obras poéticas, tanto en verso como en prosa poética. Puede hacerlo con su nombre o con seudónimo, como prefiera. Los envíos podéis remitirlos al correo castrocelta@hotmail.com).

Antonio Trueba
Antonio María de Trueba y de la Quintana (Galdames, 24 de diciembre de 1819 - Bilbao, 10 de marzo de 1889), escritor español, conocido también como Antón el de los Cantares.


A LA ORILLA DEL ARROYO
I
Una mañana de mayo,
una mañana muy fresca,
entréme por estos valles,
entréme por estas vegas.
Cantaban los pajaritos.
olían las azucenas
eran azules los cielos
y claras las fuentes eran.
Junto a un arroyo más claro
que un espejo de Venecia,
hallara una pastorcica,
una pastorcica bella.
Azules eran sus ojos,
dorada su cabellera,
sus mejillas como rosas
y sus dientes como perlas.
Quince años no más tendría
y daba placer el verla,
lavándose las sus manos,
peinándose las sus trenzas.


II
-Pastorcica de mis ojos,
admirado la dijera-,
Dios te guarde por hermosa;
bien te lavas, bien te peinas.
Aquí te traigo estas flores
cogidas en las pradera;
sin ellas estás hermosa
y estaráslo más con ellas.
-No me placen, mancebico,
respondióme la doncella,
no me placen, que me bastan
las flores que Dios me diera.
-¿Quién te dice que las tienes?
¿Quién te dice que eres bella?
-Me lo dicen los zagales
y las fuentes de estas vegas.–
Así habló la pastorcica
entre enojada y risueña,
lavándose las sus manos,
peinándose las sus trenzas.


III
-Si no te placen las flores,
vente conmigo siquiera,
y allá, bajo las encinas,
sentadicos en la yerba,
contaréte muchos cuentos,
contaréte cosas buenas.
-Pues eso menos me place,
porque el cura de la aldea
no quiere que con mancebos
vayan al campo doncellas.–
Tal dijo la pastorcica
y no pude convencerla
con estas y otras razones,
con estas y otras promesas.
Partíme desconsolado,
y prorrumpiendo en querellas
lloré por la pastorcica
que sin darme otra respuesta,
siguió a orilla del arroyo
entre enojada y contenta,
lavándose las sus manos,
peinándose las sus trenzas.


IV
Fuime por aquellos valles,
fuíme por aquellas vegas;
mas…¡mi corazón estaba
muriéndose de tristeza,
que odiosas me eran las flores
y odiosas las fuentes me eran.
Torné junto el arroyuelo
donde a la doncella viera….
El arroyo encontré al punto,
¡mas no encontré la doncella!
Pasaron días y días,
y hasta semanas enteras,
y yo no paso ninguna
sin que al arroyo no vuelva;
pero ¡ay!, que la pastorcica
mis ojos allí no encuentran,
lavándose las sus manos,
peinándose las sus trenzas.


                   Antonio Trueba

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FOTOS DE AYER Y DE HOY.- Arrabalde, amapolas entre la cebada.






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