ARRABALDE,
02-04-2015, JUEVES
REFRANERO, LÉXICO, NOTICIAS O CURIOSIDADES, UN MINUTO DE POESÍA
Y FOTOS:
ANTIGUO
REFRANERO ESPAÑOL.- La mentira tiene las patas muy cortas.
LÉXICO ARRABALDÉS. Una sencilla
recopilación de las viejas palabras que se usaban en Arrabalde, muchas de ellas
restos del antiguo dialecto leonés y otras simples localismos inventados en el
pueblo (sin pretensiones didácticas, tan solo un recordatorio), de las
cuales algunas aún se utilizan.
(Cada vez una palabra nueva): Hoy recordamos la palabra: “PINDONGA”.
Pindonga: Mujer callejera y poco recatada, de dudosa conducta.
EL PULSO DEL TIEMPO
Tiempo que llevamos de PRIMAVERA: 13 días.
Tiempo que falta para la llegada del verano: 79 días.
La primavera comenzará el viernes 20 de marzo a las 23h 45m,
hora oficial peninsular. Esta estación durará 92 días y 18 horas, y terminará el 21 de junio con el comienzo del verano.
Temperatura registrada a las 24,00 horas de hoy: 11º;
esta noche se esperan 7º de temperatura mínima. Los cielos están nubosos y sopla viento del noreste con
velocidad media de 7 km/h.
Se esperan temperaturas máximas de 24º.
Los cielos estarán nubosos hasta las 14 horas; despejados hasta las 20 y
nubosos el resto del día.
UN MINUTO DE
POESÍA.- Hoy publicamos
un hermoso poema de Francisco Javier Rodríguez Pérez.
Francisco Javier
Rodríguez Pérez es natural de Posadilla de la Vega (León), -aquí
cerquita de La Bañeza- donde nació en el año 1953. Fue Premio Extraordinario de
Doctorado de la Universidad de Salamanca. Profesor de Enseñanza secundaria.
Secretario del Instituto de Investigaciones Antropológicas de Castilla y León.
VOCES DEL ECO (I)
(Este hermoso poema se lo dedico (yo) al pueblo de Arrabalde)
Han llegado
los vencejos, abril se expande
en una mueca
de luz por estos campos,
aún queda,
amigo, en las colinas
redondas de
los viejos encinares
una hoguera
que, como infancia eterna,
va alumbrando
quietamente nuestras horas.
Como
entonces, ahora traza el río
con su verde
pincel en el hondo de la vega
una vena
rumorosa. Y en la cuna
retienen los
ecos como tiernos despojos
de una
ausencia prolongada. Las casas
apagan sus
luces como oquedades.
Estos
rincones que hemos amado tanto
están envejeciendo
con tu ausencia
y la mía, y
la del otro, y la de tantos…
Y cada mañana
cuando el ruiseñor
desperece la
alborada, solo escuchará
un silencio
que preludia soledades.
Crecen los
campos agrestes, los viñedos
colgados de
los cerros agonizan y la encina
polvorienta tiembla al lado del camino
ya oculto. Alguna tierra se abandona
entre los surcos que un día fueron labrantío.
Han llegado los vencejos hasta abril,
pero el filo de la ausencia es tan crudo
que el ocaso se desploma hasta la noche
como lluvia que aviva más el frío.
Ahítos de esperar siguen los campos
soportando la helada y ese norte
de los cerros duerme el mismo aroma
de los trigos. Y en la torre
todas las tardes suenan las campanas
como en aquella infancia hoy deshabitada.
Nos aturde, amigo, el paso del tiempo:
las calles que vieron nuestros juegos
que atenaza con su aliento cada ocaso.
El filo de la ausencia es un golpe
gélido que hace del alba un atardecer.
Han llegado los vencejos en abril,
pero aquí, en estos rincones graves
que hemos amado tanto, solo el insomnio
de la siesta recoge todas las llamadas:
hacemos todos falta en estos pueblos
que un día caminamos. ¡Un hado
adverso nos ha llevado hasta tan lejos!
Fco. Javier
Rodríguez Pérez
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