Páginas

miércoles, 20 de marzo de 2019

Llegó la primavera.

ARRABALDE EN LA NUBE… Y EN EL CORAZÓN.


20 DE MARZO DE 2019.-MIÉRCOLES


    BIENVENIDA PRIMAVERA

          (Te estábamos esperando con los brazos abiertos y ansia contenida)


Como un viejo conjuro.

                                          Vivir es ver volver
                                                                  Azorín.

Sobre los campos que la primavera
viste de oro y de verdes cálidos,
por el camino que desde el arroyo
baja serpenteando,
has venido a mi puerta –que es la tuya-
has tocado su aldaba con cuidado,
tres veces, como un signo,
como un viejo conjuro, como un sésamo mágico.

Sabía que vendrías,
porque el jilguero amaneció cantando
y el vencejo del aire,
duende oscuro y arcángel de los páramos,
bendijo con el roce de sus alas
el cristal ventanero de mi cuarto.

Abrí. Nimbada por el sol primero,
en el umbral, como un milagro
de Dios, estabas tú, sueño encendido,
derramando belleza, como un cántaro
que vierte su agua clara sobre la sed de un hombre
que anduvo mucho tiempo sediento y solitario.

“Entra”, te dije, pero estabas dentro
de la casa y de mi. Dentro. Despacio,
como despierta un niño frente al alba invasora,
fuiste recuperando
lo que fue tuyo y tuyo perduraba:
la blusa en el respaldo
de aquel sillón, tu sombra en los espejos,
tu aroma en la almohada, los zapatos
que un día te trajeron hasta mi…
Todo fue, en un instante, irreal y sonánbulo.

Éramos como un río rumoroso
como un arroyo manso.
Había en las orillas bosques interminables
sinfonía de pájaros
azules y secretos, mariposas
de aletear pausado.
Y una luna celeste en los anocheceres
que se posaba, mansa, en nuestros brazos.
Vino la lluvia mala, y nos quedamos solos,
y nos sentimos náufragos.

Pero ahora ha vuelto el sol y tú has vuelto.
Reposa,
amor, aquí a mi lado.
Reclina tu cabeza sobre mi pecho, escucha
mi corazón cansado,
que ahora vibra por ti, y está latiendo
por ti, y está callando
lo que quiere decir. Y vive. Porque, ¿sabes?,
vivir es ver volver lo que se ha amado.

                                                     Jorge de Arco



Arrabalde: su vega, el campo y la primavera abriendo esta hermosa etapa de luz y color.





                                                     San Esteban de Nogales en la lejanía.




                                                                Arrabalde en la distancia


(Las fotos son de archivo del año 17; la primavera aún no está tan adelantada, pero con estos días de sol tan hermosos que estamos disfrutando, pronto veremos nuestros campos así.)

No hay comentarios:

Publicar un comentario